Avanti a Lui

Notas


Andiam, incominciate!

Los grandes teatros y festivales de ópera del mundo suelen hacer de la primera función de cada temporada un espectáculo sin parangón convocante de grandes personalidades de la cultura, la política y el espectáculo.

Una de las más tradicionales Inauguraciones es sin duda la del Teatro de los teatros de ópera del mundo, me estoy refiriendo al coliseo milanés “alla Scala”, que tradicionalmente el 7 de diciembre “Dia de San Ambrosio” convoca en su alfombra roja desde el presidente de la república a los más encumbrados representantes de la sociedad italiana. De rigurosa etiqueta, exhibiendo sus mejores galas y suntuosas alhajas en el caso de las damas llegan custodiados por la atenta mirada de Leonardo da Vinci y Giulio Ricordi entre un enjambre de periodistas y reporteros gráficos que reflejarán en sus medios la presencia de estas personalidades a la tan esperada gala.

El último lunes de septiembre -salvo que coincida como el año pasado con una festividad religiosa- el Metropolitan Opera tiene su esperada “Opening Night”. Por ser una compañía privada -la más importante del mundo, sin duda- el papel protagónico está dado por los grandes patrocinadores (The Patrons) de la Empresa, sumados a socialites, y también muchos cantantes y directores algunos de ellos que por las características del teatro actuarán en las próximas jornadas y otros tantos por la vidriera que significa estar en el Met esa noche. El más selecto de los grupos formará también parte de la recepción y la comida posterior.

En ambos casos y en innumerables otros, se apuesta por nuevas producciones de obras no representadas en las últimas temporadas, primeras representaciones o estrenos. En el caso del año pasado en la Scala fue una nueva producción de Boris Godunov y el Met la primera representación en la sala de Medea de Luigi Cherubini.

El Teatro Colón, por el contrario, abrirá su Temporada 2023 fuera del Teatro Colón en La Rural con una versión escenificada de la Sinfonía Nº 2 en do menor, Resurrección de Gustav Mahler, como homenaje del Teatro Colón a los 40 años de la recuperación de la democracia en la Argentina.

Con respecto a la versión escenificada que se anunció, y más allá de las críticas no todas favorables que recibió en el momento de su primera representación en el Festival de Aix-en-Provence en 2022, lo que se representará no es de una coproducción del Teatro Colón con el Festival francés sino de una Producción del Festival d’Aix-en-Provence, con el Abu Dhabi Festival y la Philharmonie de Paris entre otros colaboradores privados, o sea una Producción comprada o alquilada que fue concebida inicialmente para otros escenarios.

La antedicha producción creada para ser representada en el Stadium de Vitrolles -una edificación erigida en el lugar que ocupó un vertedero de Bauxita para el club de Handball Vitrolles que no sobrevivió a la quiebra de la entidad en 1966- presenta inicialmente un espacio con tierra húmeda y obscura con dos grandes aberturas al final de la escena. Por una de ellas entra un caballo blanco que luego de dar unas vueltas por el lugar es encontrado por su dueña que lo creía perdido. Ya recuperada del susto por haber pensado que había perdido su caballo, en el momento de la partida la joven del espacio ve la mano de una persona enterrada, por lo cual avisa a las autoridades y aparecen varios operarios de ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) que van retirando los cuerpos enterrados en el barro uno a uno, identificándolos y colocándolos sobre bolsas blancas, para luego transportarlos en ambulancias a un destino desconocido, para finalizar con una copiosa lluvia.

Particularmente no me queda claro, ni el mensaje de la resurrección y mucho menos el homenaje a los 40 años de la recuperación de la democracia en la Argentina. Pero todo es muy subjetivo.

Más desconcertante es sin duda el mensaje del Director General y Artístico del Teatro Colón, Jorge Telerman, “Un gran acontecimiento da comienzo a nuestra temporada 2023. Una sinfonía imponente, con una notable puesta dramática que escenifica la eterna lucha entre el bien y el mal, pero, sobre todo, que vislumbra cómo la vida suele imponerse, aun en medio de la devastación.”

Otro aspecto considerablemente peculiar es que no interviene el Coro Estable del Teatro Colón sino un coro, con mucho mérito sin duda, como lo es el Grupo Vocal de Difusión con dirección de Mariano Moruja, pero no parece ser la opción lógica para la Inauguración de la Temporada del Colón.

Seguramente la Orquesta Filarmónica de Buenos Aires y su director Charles Dutoit harán una labor acorde con sus trayectorias, así como también lo serán las intervenciones de Jaquelina Livieri, y Guadalupe Barrientos en las partes solistas. Lamentablemente el ámbito donde se desarrollará, más allá de la calidad de los equipos técnicos que se utilicen para la amplificación del sonido no reunirá las condiciones acústicas para la interpretación de la obra en condiciones óptimas.

Un aspecto si se quiere decir “positivo” es ver que la Orquesta Filarmónica puede tocar varias veces un mismo concierto en fechas próximas, cosa que sería extremadamente útil que se repitiera con el ciclo de abono en el Teatro Colón, haciendo repeticiones de los conciertos que este año serán en viernes y sábado (cambiando los jueves tradicionales), los domingos por la mañana y un tercer día por la tarde con entradas más económicas, facilitando la llegada de personas que no pueden hacerlo los días del abono.

Con respecto a la obra para el comienzo de la Temporada podríamos decir que tampoco se ajusta a los cánones internacionales de una noche inaugural ya que en los últimos años fue oída en varias oportunidades con entrada libre y gratuita. De hecho, el 10 de agosto del año pasado fue ejecutada por la Sinfónica Nacional con dirección de Carlos Vieu acompañada por el Coro Polifónico Nacional bajo la guía de Ariel Alonso en el CCK interviniendo como solistas, Jaquelina Livieri y María Luisa Merino Ronda. La misma orquesta y coro la habían interpretado en el mismo espacio el 14 y 16 de marzo de 2018 bajo la guía de Günter Neuhold y José María Sciuto con Carla Filipcic Holm y Florencia Machado como solistas. Dos años antes el 3 y 4 de diciembre de 2016 la Orquesta Sinfónica Juvenil Nacional José de San Martín junto a la Asociación Coral Lagun Onak y el Coro de la Facultad de Derecho con dirección de Mario Benzecry, hicieron lo propio junto a Jaquelina Livieri y Alejandra Malvino en el CCK y la Facultad de Derecho. Y ya más lejano en el tiempo, pero no hace un siglo, el 10 de julio de 2015 Enrique Diemecke la dirigió frente a la Orquesta Sinfónica Nacional junto a Soledad de la Rosa, Florencia Machado y el Coro Polifónico Nacional en el CCK.

Otro aspecto desconcertante es que la temporada denominada “Divina Italia” comience con la Sinfonía Nº 2 de Mahler y continúe con Fausto de Charles Gounod y La flauta mágica de Wolfgang Amadeus Mozart, llegando el primer título de ópera de un italiano el 23 de junio con Anna Bolena de Gaetano Donizetti, si es que no tenemos en cuenta la interpretación de la obra de Luigi Nono Il canto sospeso por la Filarmónica el 4 de abril, ni la representación de Viva la Mamma! Le convenienze ed inconvenienze teatrali de Gaetano Donizetti en el Teatro Coliseo o el ballet Caravaggio de Mauro Bigonzetti, el 26 y 28 de mayo respectivamente.

Si bien en muchos casos se trata de desacralizar la música académica en espacios para los que no fue concebida permitiendo a quienes no estén familiarizados con esta tengan la primera oportunidad de conocerla, como es el caso de la Filarmónica de Berlín en el Berliner Waldbühne (Teatro del Bosque de Berlín) o el Metroplitan Opera en el Central Park de Nueva York, estos espectáculos son con entrada libre y gratuita y en general con música más ligera que la Sinfonía Nº 2 de Mahler.

Queda toda la temporada por delante y este pequeño traspié puede ser que solo sea eso, un pequeño traspié, el tiempo dirá la verdad.

 

Víctor Fernández

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