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Notas


La ópera en el centro del Festival de Salzburgo 2025

Durante los meses de julio y agosto de 2025, el Festival de Salzburgo volvió a situar a la ópera en el eje de su propuesta artística, reafirmando su condición de uno de los principales escenarios líricos del verano europeo. La temporada presentó una programación concentrada en títulos del gran repertorio, abordados desde miradas escénicas contemporáneas y sostenidos por elencos de primer nivel internacional.

Las producciones operísticas se desplegaron en los espacios emblemáticos del Festival —entre ellos el Grosses Festspielhaus y la Felsenreitschule— y volvieron a subrayar la vocación de Salzburgo por una ópera entendida como arte total: música, dramaturgia y escena concebidas como un todo indivisible.

Handel: poder y psicología en Giulio Cesare in Egitto

Uno de los grandes hitos de la temporada fue Giulio Cesare in Egitto de Georg Friedrich Handel. La producción propuso una lectura dramática centrada en las tensiones políticas y emocionales de los personajes, alejándose del exotismo decorativo para explorar las relaciones de poder y los conflictos íntimos que atraviesan la obra.

El elenco reunió a figuras destacadas del repertorio barroco. Christophe Dumaux encarnó a Giulio Cesare con autoridad vocal y presencia escénica, mientras que Olga Kulchynska dio vida a una Cleopatra de gran refinamiento musical. Lucile Richardot ofreció una Cornelia de notable densidad expresiva, acompañada por Federico Fiorio como Sesto, Yuriy Mynenko en el rol de Tolomeo y Andrei Zhilikhovsky como Achilla. La dirección musical estuvo a cargo de Emmanuelle Haïm, al frente de una lectura estilísticamente rigurosa, y la puesta en escena llevó la firma de Dmitri Tcherniakov, fiel a su enfoque psicológico y analítico del drama.

Donizetti y el bel canto en clave contemporánea: Maria Stuarda

El bel canto tuvo un lugar destacado con Maria Stuarda de Gaetano Donizetti, una de las producciones más debatidas de la temporada. La propuesta escénica optó por una estética austera y simbólica, poniendo el foco en el enfrentamiento político y humano entre las dos reinas, más que en la recreación histórica tradicional.

En el plano vocal, la ópera contó con un elenco de fuerte presencia internacional. Lisette Oropesa asumió el rol de Maria Stuarda con solvencia técnica y sensibilidad expresiva, mientras que Kate Lindsey ofreció una Elisabetta de carácter incisivo y perfil dramático marcado. Bekhzod Davronov interpretó a Roberto, Conte di Leicester, acompañado por Aleksei Kulagin como Talbot y Thomas Lehman en el rol de Cecil. La dirección musical estuvo a cargo de Antonello Manacorda, y la puesta en escena fue firmada por Ulrich Rasche, cuya concepción visual reforzó el carácter ritual y político del conflicto.

Excelencia musical y continuidad

Como es habitual en Salzburgo, la calidad musical fue sostenida por la participación de grandes cuerpos orquestales, con la Filarmónica de Viena desempeñando un papel central tanto en el foso como en los conciertos vinculados a la programación lírica. Esta continuidad sonora aseguró un nivel interpretativo acorde al prestigio histórico del Festival.

Una ópera para el presente

La temporada lírica del Festival de Salzburgo 2025 confirmó una línea artística clara: abordar el repertorio desde perspectivas actuales sin renunciar a la excelencia vocal y musical. Las producciones apostaron por lecturas que interpelan al espectador contemporáneo y reafirman la vigencia de la ópera como espacio de reflexión estética, política y humana.

Con este enfoque, Salzburgo volvió a consolidarse como uno de los grandes laboratorios operísticos del siglo XXI, donde tradición y revisión crítica conviven en equilibrio, y donde la ópera continúa ocupando un lugar central en el debate cultural internacional.